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Zeitgeist: Addendum

miércoles, 25 de febrero de 2009

Una mirada Global


 

Juan Somavía y el debate laboral

 El Director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) da su particular visión sobre el encendido debate laboral.  Pide legislar en contra del trabajo dominical y adelanta que viene un cambio en los consumidores chilenos, que se empezarán a fijar más en las condiciones laborales de cada empresa antes de optar por sus productos.

 Juan Somavía es un personaje que impresiona, Su gran porte, curiosa barba, permanente sonrisa e inusual calidez, lo hacen parecer más un carismático sacerdote que el lider del influyente organismo de las Naciones Unidad que se preocupa de los temas laborales a nivel mundial.  También sorprende que, pese a haber recorrido el mundo, conocido a los más influyentes personajes internacionales y haber tomado decisiones trascendentales como presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, confiese que el momento de mayor satisfacción lo vivió la noche del triunfo del NO en el plebiscito, cuando presidía la comisión internacional de la naciente Concertación.  También cuesta creer que luego de haber vivido en Nueva Cork y en distintos lugares de Europa –ahora reside en Ginebra-, su lugar preferido de vacaciones sea Cachagua, donde tiene una casa familiar.

 

Es que este abogado de 66 años, educado en Holanda, Bélgica, Estados Unidos y Francia y que se considera un ciudadano global, asegura ser de “raíz profundamente chilena”.  Es por eso que en su reciente paso por Chile, además de conocer a sus dos nietas recién nacidas, aprovechó de reactivar sus redes con lo más granado del mundo político nacional y seguir con interés un tema en el cual él es una de las voces más escuchadas a nivel mundial: los derechos de los trabajadores. 

¿Cómo interpreta la reciente movilización de la CUT? ¿es un síntoma de que las cosas se están haciendo mal en chile?

 

Fue un llamado de atención y una muestra de que faltan canales de diálogo.  Es cierto que se ha avanzado mucho –especialmente desde la vuelta  a la democracia-, pero todavía hay muchas desigualdades.  La encuesta Casen es una clara muestra del bajo nivel de los sueldos en Chile y de la permanente discriminación en el trabajo que sufren las mujeres, jóvenes y ancianos.

 

¿Cómo evalúa la discusión laboral que ha marcado la agenda en estas semanas?

 Este debate es indispensable y Chile en eso está un poco atrasado.  Todavía hay grandes inequidades y nuestro país tiene recursos para abordarlas.  Pese a que en la última campaña presidencial todos los candidatos coincidieron en que había que abordar las desigualdades, el acuerdo nacional todavía no se ha producido.  Esta es la gran oportunidad para hacerlo y creo que la voluntad existe.

 ¿Cuánta inequidad hay en Chile en comparación con otros países del mundo?

 Tenemos que compararnos con nosotros mismos.  No basta con decirle a ese millón de personas que vive con menos del sueldo mínimo que están tanto mejor que la gente en tal país.  Esas comparaciones no sirven cuando hay que asegurar condiciones de trabajo digno y la estabilidad social.  Tenemos que coincidir en un “piso social” que asegure un trabajo decente y el necesario gasto social.  Esa es una tarea de dignidad nacional.


 Entre las propuestas de reforma laboral impulsadas por el senador Andrés Allamand está la de homologar el sueldo base con el sueldo mínimo.  ¿Está de acuerdo con eso?

 Mi tarea no es referirme a quién tiene razón y quién no… Lo que falta es crear una institucionalidad de diálogo, de lo contrario pasa lo que sucede ahora: unos presentan propuestas individuales en el Parlamento y otros salen a la calle porque no se les escucha.   Por eso es indispensable que se cree una instancia legal y autónoma en que estos temas se pueden discutir.  Yo prefiero el protagonismo de las instituciones antes que destacar quién fue la persona genial que propuso tal idea.

 

¿Qué opina de la creación de la Comisión de Equidad Social del gobierno? ¿servirá de algo otra comisión más? 

Ese es el camino correcto.  La idea detrás de las comisiones es que el consenso se logre a través del diálogo.  Sin embargo, yo veo en Chile un ambiente de fuegos cruzados y de críticas de todos contra todos entre los partidos, empresarios y sindicatos.  Hoy se ve más una política de trinchera que de Estado, aunque hay mucha gente dispuesta a dar pasos para pensar más en el país que en proyectos personales.

 

NO AL TRABAJO DOMINICAL

 ¿Cómo son las condiciones laborales de los chilenos?

 Hay mucho abuso, no en todas las empresas, pero es un problema real.  No es justo que el sueldo base sea de 40 mil pesos y que a través de bonos y otros estímulos, los salarios se acerquen al mínimo.  El salario mínimo es algo a lo que todos los trabajadores tienen derecho y los bonos deben ser por encima de ese sueldo.  Estas cosas debemos discutirlas como sociedad y evitar que se burle la ley.

 

¿Cómo son los sueldos en Chile?

 La encuesta Casen demuestra que son relativamente bajos y que con esos sueldos no se está construyendo una clase media.  Los salarios podrían se mejores tomando en cuenta las buenas condiciones económicas de nuestro país, pero ese es un debate que todavía no hemos tenido.

 

¿Cree que es necesario fijar un sueldo ético como lo propuso monseñor Alejandro Goic? 

El tema de los sueldos es algo ético y lo que se le paga a una persona n o se puede equiparar con lo que se gasta en comparar acero.  Hoy muchos empleados sienten que no hay suficiente respeto ni consideración por su aporte a la empresa.  El trabajo también tiene que ver con la dignidad de la persona, la estabilidad de la familia y la paz social.  A nivel mundial se ha producido un desequilibrio entre Estado, sociedad y mercado, a favor de este último. Esto hace que el trabajo se transforme en una mercancía y se desvalorice su dignidad.  Hay muchos empleadores que dicen:  “Si no te gusta esta pega hay una fila de gente esperando”.  No se puede por una parte celebrar el éxito extraordinario de nuestra inserción internacional y de las ganancias empresariales y, por otra, pagarles el mínimo a los trabajadores, aprovechándose de la cesantía.

 

¿Cómo estamos en cuanto a legislación laboral? 

Estamos bien y la legislación está ahí, lo que falta todavía es la puesta en práctica.

 

Uno de los debates nacionales es si se debe prohibir trabajar los domingos.  ¿La tendencia mundial es eliminar la jornada dominical o estimularla mediante el pago de bonos y horas extras? 

Los empleados que trabajan los domingos lo hacen porque sus sueldos son muy bajos y necesitan más ingresos.  Nadie trabaja un domingo porque le gusta, la gente prefiere descansar y estar con su familia.  Aquí hay que resolver el problema central que es mejorar los sueldos y así nadie tendrá que trabajar un domingo.

 

Entonces se debería legislar prohibiendo el trabajo dominical… 

Por supuesto.  No se puede hablar de cohesión social ni de fortalecer la familia si los padres en vez de estar con sus hijos trabajan un domingo.  Esta es la exageración del mercado que todo lo ve en función de la lógica económica.

 

Muchos ven la globalización como la panacea que soluciona todos los problemas, ¿Qué peligros implica la existencia de este gran mercado global? 

Existe una forma de globalización que ve al trabajo como mercancía y se olvida que detrás de ella hay seres humanos.  La tarea del Estado es equilibrar estos efectos, esto no significa estar en contra de la globalización ni del mercado, sino asegurar que exista un equilibrio.

 

“La gente se da cuenta de que los mercados abiertos traen muchas ventajas, pero ese consumir es también trabajador y ve las desventajas de un modelo en el cual para ver beneficios hay que exprimir a los trabajadores”.

 

En los países desarrollados las empresas aseguran a sus consumidores que sus productos se fabrican respetando el medio ambiente y los derechos laborales y la gente considera eso a la hora de comprar.  ¿Cree que esa tendencia se empezará a dar en Chile también?

 

Si.  En todo el mundo crecientemente la gente está empezando a decir “no quiero comprar algo hecho con trabajo infantil”.  Ese es un tema que está muy presente y que pronto llegará a Chile.  Los consumidores empezarán a preguntar si las empresas tienen sueldos justos.  Y aunque algunos quieran mirar para el lado, estos temas llegarán a través del comercio internacional de todas maneras.  Nuestro país es muy exitoso económicamente, pero tiene un déficit social y crecientemente será necesario tener competitividad social y medioambiental.

 

¿Ve a los empresarios chilenos preocupados de esos temas? 

En el empresariado se reconoce que hay “manzanas podridas” entre ellos y que eso les afecta su imagen.  En el mundo actual la imagen es el capital más importante de una empresa y ya se está viendo en Chile que alguna gente no va a ciertos supermercados por las condiciones de trabajo de sus empleados.

 

 

(Extracto revista PODER Y NEGOCIOS edición número 4 2008)

1 comentario:

  1. Interesante la visión de este tipo.
    Requiere de un cambio adaptativo muy gran sí.
    Y para eso, se requiere de personas que se atrevan a ejercer liderazgo: Liderazgo de movilizar a otros en favor de un bien común.
    Recuerda que liderar es riesgoso, pues implica hacer que la gente se cuestione sus hábitos, costumbres, valores, forma de ser, etc. ¿Crees que un empresario va a querer pagar más un empleado porque sí? Se requiere que ese empresario cambie su valores. Y más aun, se requiere que le alguien le diga y muestre porque él debería cambiar.
    Saludos,

    Rodrigo.

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